1. Se eligen los tomates maduros y sin cortes y se lavan.

2. Poner los tomates 1 minuto sobre agua hirviendo y posteriormente depositarlos sobre agua fría con el fin de que se escalden para que posteriormente se puedan pelar adecuadamente.

3. Una vez pelados los tomates se introducen en una olla, procurando que no se pisen unos con otros, y se añade el clavo y el azúcar uniformemente. Se tapa con un paño y se deja reposar durante 12 horas.

4. Transcurrido el tiempo, ponemos la olla a fuego suave y dejamos cocer 30 minutos, moviendo a menudo la olla para que el tomate no se pegue. Este tiempo será mayor o menor dependiendo del tamaño de los tomates.

5. Una vez frío el tomate confitado, podemos embotarlo en recipientes esterilizados al baño maría.

Pasos de la receta basados aquí.

Además de dar un toque distinto a tus postres, el tomate confitado es un gran acompañamiento para cualquier carne o tabla de quesos con el que sorprender a tus comensales.